En 2021, la Agencia Gallega para la Gestión del Conocimiento en Salud, Unidad de Asesoramiento Científico-técnico, Avalia-t publicó los resultados del informe de evaluación: Evaluación de las intervenciones de cuidados paliativos precoces en cáncer.
Se trata de una revisión sistemática clásica que no permitió dar una respuesta definitiva a los objetivos planteados: efectividad de los cuidados paliativos precoces en personas con cáncer en comparación con los cuidados habituales, pero puso de manifiesto algunos aspectos relevantes en la atención al final de la vida.
Se destacan en el informe la falta de consenso sobre el modelo de provisión más adecuado de cuidados paliativos, donde juegan un papel muy importante los determinantes sociales y del sistema sanitario.
También se mencionan los aspectos metodológicos que dificultaron la comparación de los estudios seleccionados, como son los problemas de validez, algunos de ellos inevitables como la imposibilidad de cegar las intervenciones y otros relativos a la estandarización de las escalas utilizadas.
Finalmente los autores ponen de manifiesto la necesidad de aumentar el conocimiento mediante una aproximación cualitativa en relación con la visión, las opiniones y las experiencias de los cuidados paliativos, tanto con profesionales como con pacientes y familiares.
A continuación, se encuentra un breve resumen del estudio.
Los cuidados paliativos comprenderían la asistencia activa y holística a personas de todas las edades con eventos graves de salud, especialmente a aquellas que estén cercanas al final de su vida, con el objetivo de incrementar la calidad de vida de los pacientes y sus familiares y cuidadores. Según la definición de cuidados paliativos, el acceso temprano a los cuidados paliativos podría considerarse inherente a los mismos, pero en la práctica clínica habitual se suelen reservar para las últimas fases de la vida. En los últimos años, en el ámbito de la oncología y otras especialidades médicas existe unanimidad en cuanto a su aplicación a lo largo del curso de la enfermedad y a través de todos los niveles asistenciales, de acuerdo a las necesidades del paciente en vez de en base al pronóstico de su enfermedad.
Los objetivos del informe son: a) evaluar la efectividad, el impacto en el consumo de recursos de las intervenciones precoces en cuidados paliativos en las personas con cáncer en comparación al cuidado oncológico habitual o estándar; y b) evaluar la efectividad relativa de los mismos en el alivio del dolor y otros síntomas, en la calidad de vida, la satisfacción y aceptabilidad de los pacientes/familiares o cuidadores.
Se realizó una revisión de la literatura científica hasta octubre de 2019 en las principales bases de datos biomédicas, incluyendo: INAHTA, Cochrane Library, Medline, Embase, CINAHL, PsycInfo. Dos revisores independientes revisaron y seleccionaron los artículos siguiendo unos criterios de selección previamente establecidos. Esta información se sintetizó en las tablas de evidencia. La calidad de la evidencia se evaluó mediante el sistema GRADE en el caso de los estudios cuantitativos y se utilizó la versión GRADE-CERQual para los estudios cualitativos.
Fueron preseleccionados para lectura a texto completo 23 estudios. De estos, cumplieron con los criterios de inclusión/exclusión 9 (6 ensayos clínicos aleatorios y 3 estudios cualitativos) que fueron incluidos en la revisión.
Los ensayos presentaron gran variabilidad con respecto a los resultados y la calidad de la evidencia fue juzgada muy baja debido fundamentalmente al riesgo de sesgos. Debido a la gran heterogeneidad encontrada, no se consideró oportuno realizar un metaanálisis.
En la síntesis cualitativa se identificaron tres temas principales relacionados con la aceptabilidad, percepción y experiencia de los cuidados paliativos. En cuanto a la aceptabilidad, se identificaron tres subtemas: 1) percepción de paliativos como el final de la vida o muerte, 2) reacciones emocionales negativas relacionadas con los cuidados paliativos y resistencia a participar y 3) valor añadido de la información.
A efectos de la validez, se consideró especialmente crítico el sesgo derivado del conocimiento de la intervención prevista por parte de los participantes, tratándose de medidas de resultado que podrían estar condicionadas a la percepción subjetiva del paciente. Asimismo, el hecho de que el evaluador no fuese ciego a la intervención, porque este podría sugestionar al paciente e influir igualmente en la percepción del bienestar. La falta de consenso al respecto de las escalas o instrumentos de medida más idóneos para medir la calidad de vida, sintomatología o depresión se consideró un importante impedimento a la hora de comparar y agrupar resultados, sobre todo porque algunos estudios sugieren que los resultados podrían variar dependiendo de la escala empleada. Tampoco queda claro en qué medida pudieron haber influido en los resultados la gran variabilidad observada a nivel de los distintos modelos de provisión de la asistencia de cuidados paliativos o en las propias características socio-demográficas de los pacientes. La evidencia existente indica que la sociedad podría necesitar preparación para aceptar este tipo de actuaciones y los profesionales formación específica sobre este tipo de cuidados.
El informe concluye: 1) Con los datos disponibles actualmente no es posible determinar si los cuidados paliativos precoces en enfermedades oncológicas son más efectivos que el tratamiento oncológico estándar; 2) No existe un consenso al respecto del modelo de provisión y los evaluados difieren considerablemente en cuanto al enfoque, intensidad y duración. Ninguno de los estudios incluidos fue desarrollado en España; 3) Los resultados no permiten hacer inferencias respecto a las variables de resultado evaluadas. Hay incertidumbres respecto a la factibilidad y aceptación cuando los cuidados no responden a una necesidad; 4) El objetivo de la evaluación de los modelos paliativos debería centrarse en la satisfacción de las necesidades del paciente en cada momento de su enfermedad, más que en un objetivo temporal de inicio del cuidado; 5) Evaluar el valor añadido de los diferentes modelos requeriría un consenso sobre las variables y escalas más idóneas para medir los beneficios de los cuidados paliativos, además de contar con definiciones homogéneas de un modelo de cuidados; 6) Sería de interés realizar un estudio cualitativo con profesionales, pacientes y familiares en el contexto del Sistema Nacional de Salud.